Que
la poesía es un bálsamo, una almohadilla para el alma y que escribiendo
exorcizamos nuestros propios fantasmas son algunos de los pretextos que las personas
poetas utilizamos para animarnos a continuar amalgamando imágenes y palabras.
Escribimos
porque nos gusta, porque existe un deseo que nos impulsa a hacerlo casi
compulsivamente.
Y
así vamos como posesas, arrojando nuestra desnudez fuera de la ducha, chorreando
agua por la casa para apuntar la idea, el verso, el giro que se nos acaba de
ocurrir. Para ello contamos con arsenales de cuadernos de todos los tamaños y
colores desparramados en cada bolso, cajón y rendija de nuestras estancias
habituales… y cómo no con lápices, bolígrafos y hasta un labial si sirve para
capturar un adjetivo, ése que estamos buscando desde la madrugada esquiva al
sueño.
Contamos
mentalmente y con los dedos las sílabas para que nos dé la métrica perfecta, a
veces en secreto, en solitario, pero muchas en voz alta y con descaro. En el
tren por ejemplo, ese pasaje que nos observa atónito, se va alejando a
distancias prudenciales de nuestra locura métrica, desconcertado.
Nos dejamos transportar por los rieles y nos perdemos en el brillo del
Mediterráneo, que titila turquesa allí al costado y de repente, sin aviso, las
emociones exigen su inminente traducción en un poema, que al fin nace.
De
a ratos nos atrevemos a presentar nuestra obra en concursos literarios, con
cierta timidez y un espiral de mariposas desatado en el centro del plexo solar.
Pero lo hacemos…somos poetas y volamos!
Y
cuando quedamos finalistas o premiadas y son otros labios, otros ojos y otras
almas las que salen a bailar con nuestra poesía… qué placer enorme es celebrar
la vida!
Luz Cassino
1ª Premi de Poesia 17è Concurs Victor Alari
amb el poema en llengua catalana
Equilibrista
Ara està enfilant-se pel meu coll
i a poc a poc va pujant pel clatell,
per una estona s’instal•la tèbiament
sobre el meu cerebel, equilibrista,
s’estira i grimpa àgil damunt la cara,
em toca les arrugues, ronroneja,
balla danses de guerra i de deliri
i sacseja el vesper del meu espant,
sotsobre com vaixell fet de paper
en mars de sal, en mars de cotó fluix.
Llepa la meva pell, cada un dels meus porus,
és gegant, un follet, un taumaturg,
la síntesi de Déu i del diable,
la poma prohibida, el paradís.
M’assaboreix les corbes, les badies,
em penetra voraç o bé entendrit,
res deixa a l’atzar doncs tot m’ho pren:
els accidents, les ombres, les esquerdes.
És quedarà amb mi per sempre més,
ho sé, llavors jo decideixo
si serà cicatriu o bé ferida,
si dormirà amagat entre homenatges,
o bé a sota de dunes daurades
on va trobar refugi el meu cor.
(Luz Cassino forma parte del Grupo de Poesía Metáfora, Biblioteca Mercè Rodoreda, BCN)
Mónica Miquel, alcaldessa de Cubelles, entrega el premio a Luz Cassino
(Agradecemos a la fotógrafa Montserrat Torrado
la gentileza de cedernos esta imagen) |